Te aseguro que estás en mi clamor
cuando en mi mente tus recuerdos manan,
que, de repente, acaba mi dolor
y todos mis pesares se alivianan…
Y en la lluvia, en la sombra, en el calor
no hay instantes ni sitios que desganan,
por más que me fatigue en mi interior,
uno a uno, mis sentidos que te imanan…
A plena ligereza, a pleno tedio,
llega tu imagen aunque estés ausente…
Y no hay en este mundo algún remedio,
en pos de la fortuna o del martirio,
porque a pesar de todo estás presente:
en mi vida, en mi sueño, en mi delirio.
Osfelip Bazant
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