Hoy,
al verte, perdí mi pensamiento
al igual que tu esencia y mis anhelos…
¡Poco te importan todos mis recelos,
que
rápido iniciaste el descontento!
He muerto ya hace días, pero siento
aún el alma en sombras y desvelos,
que aún durmiendo llora por sus celos
que aún viviendo desfallece lento…
Pero acabó su luz, su voz, su acuerdo,
y
simplemente cae al piso lerdo,
pues no le quedan fuerzas ni resabios…
Hoy supe que mis sueños no son sabios,
que mi alma muere cuando yo recuerdo…
¡que tus besos volaron a otros labios!
Osfelip Bazant
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